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Las relaciones entre la Monarquía y la Iglesia a lo largo de la Edad Media fueron constantes y fluidas, lo que es un hecho comúnmente conocido. La coincidencia de intereses, la confluencia de los mismos, así como las ambiciones enfrentadas en ocasiones, hicieron que a lo largo del periodo se desarrollase una constante relación entre ambos poderes. Así, estas relaciones de poder entre la Monarquía castellana y la Iglesia del reino parecen mostrar un notable interés. A lo largo del presente estudio se analizan durante el extenso reinado de Juan II.

En los sucesivos capítulos se van tratando los diferentes aspectos en que podían desenvolverse, desde las relaciones puramente personales por parte del rey con determinados eclesiásticos, y los servicios que éstos podían prestarle, hasta el desarrollo de una política eclesiástica por parte del rey en algunos aspectos, como la protección de determinadas formas monásticas, así como la preocupación por la reforma y la mejora de las condiciones del clero. Se realiza, así, una visión de conjunto sobre un periodo de especial relevancia para la Corona castellana, pues durante los inicios del siglo XV se extienden toda una serie de conflictos entre un poder regio que lucha por asentar y ampliar su poder frente a la nobleza, sentando las bases de los logros posteriores de los Reyes Católicos, y en lo que las relaciones con la Iglesia castellana (por las transferencias de rentas, modelos y personas) tuvieron una notable influencia.

• Presentación: Miguel Ángel Ladero Quesada
• Prólogo: José Manuel Nieto Soria
• Edición: 2011
• N.º Páginas: 730
• Encuadernación: Tapa dura. 22x28.