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Jan Marco Muller:“La ciencia puede jugar un papel clave de apoyo a la diplomacia”

Life and Matter Sciences Published on 12/22/2022

Jan Marco Muller, director general de Investigación e Innovación en la Comisión Europea, ha reclamado un mayor protagonismo de la ciencia en el ámbito internacional, que “podría jugar un papel clave de apoyo a la diplomacia”. 

Madrid. 22 de diciembre de 2022.  “Hay que buscar la mejor manera para utilizar de forma estratégica la investigación científica en un mundo cada vez más polarizado”, ha añadido en la VII Reunión de Diplomacia Científica, Tecnológica y de Innovación, que se ha celebrado durante dos días en la Fundación Ramón Areces. Estas sesiones han estado organizadas por esta Fundación, la Red de Asociaciones de Científicos e Investigadores Españoles en el Exterior (RAICEX), la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación / conjuntamente con el Ministerio de Ciencia e Innovación.

En estas sesiones han participado representantes de una veintena de asociaciones de científicos españoles que trabajan en el exterior, integrados en RAICEX. A todos ellos se ha dirigido Jan Marco Muller para reclamarles mayor coordinación a la hora de visibilizar sus logros. “El papel de España en este campo es importante por tres motivos: hablamos de un país pionero en la diplomacia científica, con una larga trayectoria en este campo; España hace de enlace con América Latina, donde existen muchas iniciativas para proyectar sus logros científicos a nivel mundial; y tercero, España va a ostentar la presidencia de turno en la Unión Europea durante el segundo semestre de 2023, una oportunidad que hay que aprovechar”. También ha reclamado más coordinación entre todos los países miembros para conseguir un mayor impacto en todo el mundo. “Debemos pensar cómo usar de forma estratégica la cooperación científica para defender nuestros intereses europeos y nuestros valores, cómo mejorar los ecosistemas de funcionamiento científico en la política exterior para los desafíos del siglo XXI”. Entre los retos pendientes, ha destacado Jan Marco Muller el papel que van a jugar las tecnologías emergentes, que “están cambiando las fichas en el ajedrez mundial y el impacto que van a tener en los próximos cinco o diez años”.

Alexis Roig: “Es evidente que se deben generar economías de escala y colaboraciones entre los agentes científicos” 

Por su parte, Santiago Sierra, jefe de departamento de coordinación de Relaciones Culturales y Científicas de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), ha animado a los investigadores a usar todos los instrumentos que el Ministerio de Asuntos Exteriores pone a su alcance. “Nuestras 122 embajadas son un instrumento de la diplomacia que también están al servicio de la ciencia”, ha asegurado. A esos organismos ha añadido 18 centros culturales y los 88 consulados. Sierra ha destacado que en 59 de las embajadas ya existen programas de diplomacia científica para apoyar la internacionalización del sistema español de innovación. Entre las asignaturas pendientes, ha apuntado a la creación de “economías de escala y sinergias al servicio de la ciencia”. “Otro de los retos principales es la coordinación: somos muchos los actores encargados de la internacionalización de nuestra ciencia”. En este sentido, ha reclamado emular los esfuerzos que se han producido en los últimos años en cultura para remar todos en una misma dirección. “Es necesario que vean desde fuera que estamos alineados. Y para eso tenemos que trabajar muy de la mano los diplomáticos y los científicos. Necesitamos esa mayor coordinación para obtener objetivos comunes”.

En representación de RAICEX, la red de asociaciones de científicos e investigadores españoles en el exterior, ha hablado su secretaria general, Eva Ortega. “Somos ya 20 las asociaciones que están bajo el paraguas de RAICEX, cuya misión es canalizar las voces de todos los científicos españoles que trabajan fuera y servir de asesores para políticas científicas”, ha resumido. También ha subrayado la necesidad de trabajar en la misma dirección y ha lanzado otro mensaje: “Tenemos un exceso de humildad. Tenemos que creérnoslo dentro para luego exportar nuestros logros y trabajar de la mano de las embajadas y así llevar a cabo acciones de diplomacia científica”.

En esta segunda jornada también ha participado Ana Elorza, coordinadora de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT). Ha reivindicado el buen uso de las últimas herramientas para conseguir una visión holística y multidisciplinar de los problemas. “Necesitamos analizar las tecnologías disruptivas que están afectando a todos los Estados miembros para conseguir una política pública mejor evaluada, que nos permita combatir mejor estas actitudes anti ciencia que vemos. La reciente pandemia de Covid-19 nos ha demostrado la necesidad de tener esa visión 360”. También ha echado en falta en España una serie de mecanismos que coordinen todos los aspectos necesarios ante una emergencia de este tipo. Y ha asegurado que seguirán trabajando con los programas puestos en marcha desde la Comisión Europea para avanzar en esa dirección.

Por último, en la primera mesa redonda de esta segunda jornada ha intervenido Alexis Roig, director de SciTech DiploHub. “Es evidente que se deben generar economías de escala y colaboraciones entre los agentes científicos. Si los países trabajan en diplomacia científica y las ciudades trabajan en diplomacia de ciudad, los avances serán más significativos”, ha expresado. Y también ha pedido una mayor coordinación para mostrar en el exterior esos logros: “A veces necesitamos tanta diplomacia para ponernos de acuerdo entre nosotros, que luego no somos capaces de mostrarlo hacia fuera. Parte de esa estrategia de diplomacia científica de España debe ser encontrar un lugar de referencia en el que capacitarse en diplomacia científica”, ha concluido. 

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