El gobierno español ha señalado como prioridad esencial del semestre europeo de la presidencia del Consejo de la UE a la Autonomía Estratégica de la UE. Este concepto surgió en el texto sobre Estrategia Global para la Política Exterior y de seguridad de la UE que la Alta Representante y vicepresidente de la Comisión, Federica Mogherini, presentó el 29 de junio de 2016 al Consejo Europeo.

En el Plan de Implementación en materia de seguridad y defensa de noviembre de 2016 se define la autonomía estratégica como “la capacidad de actuar y cooperar con socios internacionales y regionales siempre que sea posible, y al mismo tiempo operar de forma autónoma cuando y donde sea necesario”.

            En su origen, la idea de autonomía estratégica se refería a la esfera de la seguridad y defensa. Se trataba de fortalecer la capacidad de la UE de dar una respuesta propia a crisis como la de Libia o Crimea. Y, por tanto, a la posibilidad de que la UE sea un actor global.

            La extensión del concepto de autonomía estratégica a otros ámbitos (industrial o sanitario) tiene que ver con las carencias evidenciadas ante la Covid 19. Y, particularmente, ante las dificultades en las cadenas de suministro y los obstáculos para responder en el ámbito energético y tecnológico a las consecuencias de la guerra de Ucrania. Todo ello a causa de las dependencias asimétricas europeas en esos campos.

           Para debatir estos temas las fundaciones Ramón Areces y Alternativas organizan esta jornada, distribuida en cuatro mesas redondas, con expertos que analizarán la autonomía estratégica de la UE y algunas de sus dimensiones esenciales.

Segunda mesa redonda. La seguridad energética europea y el cambio climático
La deseable resiliencia europea se ha de basar en la seguridad del suministro energético y en la transición verde, obviando dependencias. Esto obliga a destinar fondos (p. ej. Next Generation EU) a mitigar el cambio climático y a descarbonizar la producción económica en el mayor número posible de sectores. Ello significa la reforma del mercado eléctrico y la inversión creciente en hidrógeno, respetando los elementos esenciales del Acuerdo de París.

Cuarta mesa redonda. La autonomía estratégica en la política exterior y la seguridad y defensa europea
La Unión ha de tener los medios adecuados para ocupar un papel estratégico y autónomo ante las relaciones internacionales y situaciones críticas que puedan afectar a la seguridad europea. En todo caso, junto a socios o aliados cuando sea necesario o posible. Ello no tiene por qué dificultar las obligaciones adoptadas por Estados europeos, especialmente los miembros de la OTAN. La autonomía estratégica de la UE en la política exterior o en la seguridad implica una apertura a acuerdos con nuestra vecindad y terceros países. Asimismo, la autonomía estratégica de la Unión Europea en las relaciones exteriores y en la defensa debe desarrollar y reforzar las tecnologías en seguridad sobre una base industrial.