Este proyecto investiga los efectos a largo plazo de la exposición intrauterina a estresores ambientales leves, centrándose en la ola de calor de 2003 en Francia. A través del uso de datos administrativos y encuestas, se analiza cómo la exposición prenatal a temperaturas extremas influye en los resultados al nacimiento, las trayectorias educativas y la situación socioeconómica en la adultez. El enfoque se basa en la hipótesis de los orígenes fetales (Almond y Currie, 2011), que sugiere que incluso impactos prenatales leves pueden tener efectos duraderos.

La ola de calor de 2003 en Francia fue sin precedentes en intensidad y duración, afectando a todo el país con importantes variaciones regionales. En comparación con otros países europeos, Francia experimentó una cantidad significativamente mayor de muertes, lo que evidencia vulnerabilidades en la preparación y capacidad de respuesta. Esta variación nos permite examinar cómo la exposición a altas temperaturas durante la gestación impactó el desarrollo infantil y los logros educativos, así como qué grupos socioeconómicos fueron los más afectados.

Para evaluar estos efectos, se utilizan tres conjuntos de datos de acceso restringido:

• Enquête Nationale Périnatale (2003, 2010, 2016): proporciona información sobre la salud neonatal y el parto. Ya se ha recibido este conjunto de datos y se está en proceso de análisis.
• Tests de positionnement à l’entrée en Seconde (2019): evalúa el rendimiento académico al inicio de la escuela secundaria.
• Datos de Parcoursup y Baccalauréat: permiten seguir la trayectoria educativa y las elecciones en educación superior.

Esta estrategia empírica combina Regresión Discontinua (RD) y Diferencias en Diferencias (DiD), aprovechando la variación en el momento del nacimiento y la intensidad del calor por región. Ya se han preparado los datos de control, incluyendo variaciones históricas de temperatura y tasas de mortalidad en exceso.

Además, se planea extender el análisis a España, que también experimentó un episodio de calor extremo en 2003, aunque con menor mortalidad. Comparar ambos países permitirá evaluar cómo la adaptación cultural y la infraestructura pueden haber mitigado los efectos del calor en el desarrollo infantil.

Los primeros resultados científicos de esta investigación se esperan para 2026, con el objetivo de publicar en revistas académicas de alto impacto y contribuir al diseño de políticas sobre adaptación al cambio climático y desarrollo infantil temprano.