Abhijit Banerjee, Nobel de Economía 2019: “La pobreza se ha reducido más en los últimos 20 años que en cualquier otro momento de la Historia”

Madrid. 31 de enero de 2024. El economista Abhijit Banerjee, Premio Nobel de Economía 2019, considera que “la pobreza se ha reducido más en los últimos 20 años que en cualquier otro momento de la Historia”. Así lo ha reconocido durante una conferencia en la Fundación Ramón Areces organizada junto a J-PAL, el Laboratorio de Acción contra la Pobreza Abdul Latif Jameel, que él mismo fundó en 2003 para garantizar que las políticas de lucha contra la pobreza estuvieran respaldadas por evidencia científica. Desde entonces, este organismo ha evaluado 1.640 programas en 95 países. Promueve experimentos controlados aleatorizados para medir el impacto real de esas políticas y conocer de esa manera si en realidad funcionan o no. A la hora de hacer balance de estos 20 años, también admite que aún no han encontrado “la receta mágica para acabar con la pobreza”, pero insiste en la necesidad de medir el alcance de cada iniciativa.

Banerjee obtuvo el Premio Sveriges Riksbank en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel 2019 -junto a Esther Duflo y Michael Kremer- "por su enfoque experimental para aliviar la pobreza mundial". En esta conferencia, el economista indio ha recordado que el 46% de la población mundial vive con menos de 6,85 dólares al día, que en 2022 todavía había 735 millones de personas que pasaban hambre. “La única forma de abordar estos problemas es descomponerlos en problemas más pequeños y resolverlos uno a uno. La suma de todos estos pasos nos dará una fórmula para encontrar soluciones. Con esta perspectiva sí se puede avanzar”, ha explicado. Entre otros avances, ha destacado “el descenso de la mortalidad materno-infantil, que se sitúa ahora por debajo de la mitad en zonas donde antes estaba muy alta. No todo es negativo, por tanto”.

Ha recordado también cómo en crisis recientes como la pandemia de Covid-19, entre 75 y 95 millones de personas se vieron amenazadas de sufrir situación de pobreza. “En ese momento, muchos gobiernos descubrieron que tenían problemas para ayudar y evaluar quién necesitaba realmente ayuda, vieron que no contaban con infraestructura financiera para enviarles ese apoyo. Desde entonces, también se han producido avances en el compromiso de los gobiernos para mejorar esas infraestructuras y ayudar a los más vulnerables”, ha añadido Banerjee.

El economista se ha referido al trabajo que realizan desde el laboratorio J-PAL, intentando ver si estas políticas son eficaces y así generar la mayor evidencia posible sobre su alcance. “Si quieres encontrar la respuesta a una pregunta, hay que evaluar muchas cosas, desde programas educativos a iniciativas para fomentar la igualdad de oportunidades. Después de analizar todo tipo de programas, podemos ver si algo funciona o no”. Ha añadido que no ofrecen ninguna política concreta y que muchas veces no solo se trata de ver la efectividad del programa, sino de analizar su coste. “En ocasiones, por ejemplo, cuando damos formación a los profesores, estamos generando también una red de contactos entre ellos y quizá eso es lo más importante. Todo ayuda a ver por qué funciona una iniciativa o no”, ha asegurado.

Durante su conferencia en la Fundación Ramón Areces, Banerjee ha puesto ejemplos de estrategias para reducir la desigualdad y de las barreras mentales que a veces es necesario superar. “A principios de los años 2000, asistimos a un boom de los programas de microcréditos, que defendían que prestándole 200 euros a los pobres se convertirían en emprendedores. Cuando evaluamos esos programas, muchos nos decían que era evidente que funcionaban, que no hacía falta analizarlos. Pero no era muy evidente que pudieran poner en marcha negocios con ese dinero. Esas mujeres decían que en realidad no querían montar un negocio, sino comprarse un televisor. Cuando elaboramos teorías, a veces ignoramos deliberadamente ciertos aspectos del entorno. Quizá los ignoramos porque resulta demasiado complejo tenerlos todos en cuenta. Y hay que empezar por reconocer que el mundo es demasiado complejo”, ha añadido.

Ha mencionado otro ejemplo, esta vez relacionado con la salud: “Pasamos mucho tiempo intentando convencer a las personas para que mejoraran los niveles de vacunación de los niños. Vimos que había dos teorías. Los gobiernos decían que la población era supersticiosa, las ONGs echaban la culpa a los gobiernos por su ineficacia a la hora de administrar las vacunas… Ofrecimos un pequeño regalito cada vez que llevaban a los niños a vacunarse y ese simple detalle dobló los índices de vacunación. Descubrimos que en realidad no había motivos profundos para no vacunarse. Esta práctica se está usando en muchos países”.

En el primer mundo, en Europa, el laboratorio de Banerjee también evalúa todo tipo de políticas sociales. En Italia, por ejemplo, analizaron que los estudiantes hijos de migrantes tenían más predisposición a elegir la Formación Profesional que la Universidad cuando acababan la escuela. “Comparamos alumnos con notas similares y ellos se decantaban por esa opción. Este programa les animó a asistir a tutorías para estudiar carreras más importantes y de esa forma aumentó la probabilidad de que las eligieran. También conseguimos que mejoraran su resultado académico a todos los niveles. Fue algo bastante económico y que tuvo un impacto enorme en la vida de estas personas”.

Banerjee ha acabado su intervención esperanzado de que la medición del impacto de las políticas sociales se exporte al resto de Europa. “Cuando se quiera hacer algo, estaría bien que antes nos preguntáramos qué evidencia existe sobre su efectividad”, ha concluido.