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Humanidades Publicado el 05/06/2025
El historiador ha moderado un debate con otros tres expertos en Relaciones Internacionales sobre los retos a los que se enfrenta el viejo continente con la guerra de Ucrania y el auge de los populismos.
Madrid. 5 de junio de 2025. La quinta y última cita del ciclo Visiones del futuro, organizado por la Fundación Ramón Areces y el Colegio Libre de Eméritos, ha intentado responder a la siguiente pregunta: ‘¿Hacia dónde va Europa?’. El historiador Juan Francisco Fuentes, que ha moderado un debate sobre este tema con otros tres expertos, se ha declarado nostálgico al mostrar la fotografía en la que, hace justo 40 años, el entonces presidente del Gobierno, Felipe González, firmaba en presencia de Juan Carlos I en el Palacio Real la adhesión de España a la Unión Europea. “Sentimos nostalgia de otra España y de otra Europa”, ha confesado. “¿Cuánto queda de aquel optimismo europeizador de hace 40 años?”, se ha preguntado.
Fuentes ha admitido que “la clarividencia histórica es un bien escaso”, que cuesta mucho prever qué va a pasar en el futuro, en este caso de la UE. Y ha citado una famosa frase para describir la integración en el viejo continente: “Europa es demasiado grande para los problemas pequeños y demasiado pequeña para los problemas grandes”. Asimismo, ha recordado otra reflexión atribuida a uno de los padres fundadores de esta organización transnacional, en la que admitía que si pudiera rebobinar empezaría la construcción de la UE por la cultura. “¿Se puede crear una conciencia de comunidad? ¿Se puede acabar con los nacionalismos de los Estados creando un nacionalismo europeo? Igual se ha creado Europa, pero no se ha creado una identidad europea o un sentimiento europeo”, ha expresado Juan Francisco Fuentes, catedrático de Historia contemporánea en la Universidad Complutense de Madrid.
Para Fernando Vallespín, Catedrático de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid, “Europa se fundó como un proyecto de paz y estamos en guerra. También surgió como un proyecto de promoción de valores y de la democracia y en estos momentos la democracia está en crisis, no solo dentro, sino también fuera de Europa”, ha afirmado. Tras ese primer diagnóstico, Vallespín ha intentado tranquilizar al público alegando que “la situación no es buena, pero tampoco es desesperada”.
Para este experto, es necesario destacar esa resiliencia de la Unión y también su audacia. “Ahora nos tememos que la UE pueda convertirse solo en un club que atiende las amenazas de guerra, no solo como representante del poder blando del que siempre ha presumido. De repente, tiene que incorporar esa política de rearme y aprender el lenguaje del poder”, ha expresado. Este catedrático de Ciencia Política se ha mostrado preocupado por el hecho de que en esta tesitura “salgan a la luz las contradicciones internas que hasta ahora permanecían opacadas”. Y se ha referido, en concreto, a las diferencias que existen entre los países del Este y los de Occidente.
“Superamos la crisis de Lehman Brothers y la pandemia, pero ahora para salir de esta situación tenemos que dar otro paso enorme: ponernos de acuerdo sobre defensa y ante un futuro sin la protección de los Estados Unidos”, ha destacado. “El futuro de Europa tiene que estar unido sí o sí a la democracia. Hay una amenaza clara neopopulista de convertir a Europa en otra cosa. Eso tiene mucho que ver con la propia resiliencia de la democracia”. Y ha recomendado, “para saber de dónde venimos y el milagro que es Europa”, la lectura de ‘Continente salvaje’ un libro de Keith Lowe sobre la Europa que surgió después de la II Guerra Mundial.
En este debate celebrado en la Fundación Ramón Areces también ha participado Araceli Mangas, catedrática de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense de Madrid, para quien “Europa vive un momento crítico, el más crítico de la Historia de la UE, por la agresión rusa de Ucrania”. Se ha referido a este conflicto como una “amenaza existencial”, que “ha cambiado el destino de la propia UE”. En opinión de esta profesora, Europa ha tomado ahora conciencia de déficits muy importantes y de ese compromiso que se le presuponía a la UE: “No es capaz de proteger a los ciudadanos y la integridad de los Estados”.
Asimismo, para Mangas, el relato en el que se basaba la UE hasta hace pocos años ha cambiado totalmente. “Ese relato de ir paso a paso se ha roto, hay que ir bastante deprisa para responder a los acontecimientos. Donald Trump y la guerra de Ucrania han significado un cambio de los polos magnéticos para la UE. Esta situación geopolítica ha introducido en la agenda elementos que no estaban: el lugar que tiene que ocupar la UE en el mundo y que sea capaz de defenderse por sí misma”. Esta experta en Relaciones Internacionales ha recordado cómo Europa ha sido desde 1914 incapaz de defenderse a sí misma. “Esto tiene que cambiar. Y ese relato de que las crisis son buenas y de que la UE crece cuando hay una crisis también hay que olvidarlo. Las crisis no son saludables. En el Brexit, por ejemplo, nos dejamos mucho. Aunque hayamos sabido superarlas, hay que admitir que estas crisis no son buenas”.
Por último, en este debate sobre el futuro de Europa ha intervenido José Ignacio Torreblanca, profesor titular en el Departamento de Ciencia Política en la UNED, para quien Ucrania es el tema más importante que tenemos por delante. “Vamos a estar gastando el 5% del PIB en defensa en los próximos 15 años y con una frontera con Rusia desde el Ártico al mediterráneo, pero eso no va a significar que tengamos un ejército europeo. La UE no va a tener capacidad de disuasión. Rusia se aprovechará de esa incapacidad para crear de verdad un ejército único, porque no lo tendremos. Gastaremos más que Rusia en defensa, pero lo haremos de una forma fragmentada”, ha pronosticado.
Desde su punto de vista, el desafío al que nos enfrentamos en el viejo continente es el de una Europa formada por grandes Estados que fueron imperios y que fracasaron. “Rusia, en cambio, está en esa ruta de reimperialización. Hacer convivir en el mismo espacio físico esas identidades resulta complicado. Rusia sí es una amenaza para Europa. La existencia de una UE democrática sigue siendo una amenaza para Rusia porque es un espejo en el que no se pueden mirar”, ha afirmado Torreblanca.
Para este catedrático de la UNED, hemos acabado por germanizar a toda Europa en el sentido de que “Alemania no es nada sin el gas ruso barato, sin el mercado chino ni sin el paraguas nuclear de EEUU”. “Eso mismo nos pasa ahora a toda la UE. Tenemos por delante un problema existencial porque no podemos seguir siendo como queremos ser”, ha concluido.
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